Hacer jabón casero ha sido antiguamente una costumbre muy arraigada a las tareas domésticas. Sin embargo, el ajetreo de la vida diaria nos sitúa en el camino de comprar todo hecho y cada vez hacer menos cosas en forma casera. El resultado es un círculo vicioso; tenemos que trabajar más para comprar más todo eso que ahora forma parte de las nuevas necesidades.
Es posible hacer jabón casero en forma bastante fácil y sin necesidad de calentar (aunque también puede hacerse calentando).
Lo peligroso del calentamiento es que trabajar con sosa cáustica en caliente es bastante peligroso así que si podemos evitarlo, mucho mejor.
Si lo pensamos tomar como práctica doméstica frecuente nos tendremos que hacer con un par de gafas de seguridad y guantes de látex.
El jabón que muestran en el vídeo elegido se realiza con aceite de oliva y se requieren las siguientes cantidades:
- 800 gramos de aceite de oliva usado
- 285 gramos de agua
- 122 gramos de soda cáustica
Una de las maneras de purificar el aceite usado es ponerlo en contacto con agua caliente y agitar para que el agua disuelva sustancias polares que pudiera haber retenido el aceite tras las frituras. Por supuesto, también es necesario filtrarlo y podemos hacerlo con un filtro de café o un calcetín.
La soda o sosa cáustica es lo más peligroso; debe manipularse con mucho cuidado porque es corrosiva y el proceso de disolución es exotérmico, aumenta la temperatura al tocar el agua.
Debe mezclarse la solución de sosa con el aceite usado con ayuda de un mixer y luego que se da la saponificación (queda una mezcla pastosa) podremos poner la mezcla en un molde.
Al otro día se puede desmoldar pero siempre es recomendable dejar estacionar un mes el jabón antes de usarse.
El pH del jabón debe estar comprendido entre 8 y 10. No obtendremos un jabón neutro pero sí muy útil para lavar y fregar un montón de cosas como ropa a mano, por ejemplo.
Habremos evitado tirar al desagüe casi 1 L de aceite usado (contamina 10.000 litros de agua) y habremos ahorrado un montón porque de aquí salen aproximadamente 6 pastillas de jabón común.
El jabón obtenido se consigue mediante una reacción llamada de «saponificación». En esta reacción los triglicéridos del aceite de oliva se rompen liberando los ácidos grasos que -en medio básico por la sosa- se desprotonan y forman la sal sódica correspondiente. Esta sal es el jabón ¡¡y sí que limpia!! Lo habrás hecho tú mismo/a.
La información reflejada en este artículo es de fecha 03-08-2015. La casi totalidad de contenidos sobre los que informamos los organizan terceros y por tanto son ajenos a nosotros. Eso hace necesario que, al visitarlos, compruebes si las condiciones que existen en ese momento en sus medios de difusión siguen siendo éstas.