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Para empezar debes hacer una lista de gastos en comida que puedas solventar, es decir, un presupuesto definido de lo que puedes gastar en comida cada día.
Esa determinación te ayudará a tener controlados los gastos y los impulsos que a veces son lo que nos hace quedar cortos de dinero antes de terminar las vacaciones.
Luego es muy útil tener buena información previa de los costes en restaurantes del lugar donde vas a pasar. De esta forma ya tendrás una guía de los precios que te esperan en el sitio destino.
Una buena referencia y saber el precio del litro de leche o agua embotellada.
Hay que evitar comprar en los lugares de arribo o de viaje, como en los aeropuertos o en las estacione de servicio, para eso lleva tus alimentos en envases cerrados herméticamente, porque los precios para turistas no serán saludables para tu economía. Este refrigerio que llevarás debe ser elegido entre los alimentos más cómodos de llevar y que no necesiten de utensilios. Los emparedados o sándwiches con queso, mantequilla y jamón pueden ser buena idea por su contenido proteínico y su practicidad para llevarlos.
Otro consejo de ahorro en estos viajes es no comer nunca en restaurantes y otros comercios en las zonas turísticas propiamente dichas. Son sitios para gente con gran desenvoltura económica y disponen de servicios lujosos que seguramente tú prefieras ahorrarte.
Busca en cambio un poco más lejos del centro, verás que un poco más allá del movimiento turístico, encontrarás precios más razonables y comidas propias del lugar, más sanas y nutritivas.
También es recomendable beber mucha agua para mantenerte hidratado y con la sensación de saciedad. Mejor compra el agua en un supermercado porque el agua de grifo puede no ser potable o tener proporciones muy altas de químicos. Esto también te controlará de consumir alcohol o bebidas dulces con gas, que no quitan la sed y pueden ser muy caras en estos lugares. A todo paseo lleva siempre una botella de 2 litros de agua para no tener que comprar en zonas turísticas a precios imposibles. Para mantener fresca el agua llévala congelada, de esta manera durará más tiempo helada. Si llevas agua a la playa, haz un pozo profundo en la arena y entiérrala debajo de la sombrilla. El no tener agua fresca nos puede jugar una mala pasada y hacernos gastar de más.
Otro detalle importante es saber que comúnmente es más barato el menú del mediodía que el de la noche. Por eso te recordamos que comer sustanciosamente en horas tempranas puede evitarte desembolsos importantes en la noche. En el caso que tu plan turístico y hospedaje incluya el desayuno nunca lo desperdicies. Ponte en pie en la mañana para aprovechar este servicio incluido y así el dinero lo podrás poner al servicio de prolongar tus viaje o estancia.
Finalmente te sugerimos asociarte con compañeros de viaje, de habitación, de hostel con la finalidad de realizar compras en conjunto, compartir cocina, etc. Esto de cocinar para el grupo, turnándose los que mejores saben hacerlo, incluso cuando haya que darle una prima extra al cocinero, vale la pena, ya que así es como más se ahorra.
Ten en cuenta estos consejos, compra barato, cocina, bebe agua en abundancia, forma cooperativas improvisadas de compra y elaboración de alimentos y no dejes nada ni tires nada de lo que no se haya comido. Todo puede servir en lo que sigue del viaje.
La información reflejada en este artículo es de fecha 11-08-2015. La casi totalidad de contenidos sobre los que informamos los organizan terceros y por tanto son ajenos a nosotros. Eso hace necesario que, al visitarlos, compruebes si las condiciones que existen en ese momento en sus medios de difusión siguen siendo éstas.